Los despoblados

Este territorio no quedó exento del éxodo rural que se produjo en la segunda mitad del siglo XX. Los años de la postguerra llevaron consigo una grave crisis de las áreas de montaña y zonas rurales y un importante movimiento migratorio desde estas zonas hacia grandes ciudades y áreas industriales.

1960

El núcleo de Montfalcó quedó deshabitado en 1960, año en el que sus propietarios vendieron edificaciones y campos a Patrimonio Forestal de Estado.

1960

1980

En los años 80, con el traspaso de competencias sobre montes a las Comunidades Autónomas, la gestión del Monte 1100 con el núcleo de Montfalcó en su interior, pasó a ser gestionado por el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón.

1980

2004

Es en 2004 cuando la Consejería de Medio Ambiente encarga la elaboración del inventario de todo el patrimonio inmobiliario en desuso ubicado en montes de la Comunidad Autónoma de Aragón.

2004

2005

En 2005 se elabora el Plan Estratégico 2005-2007 de recuperación de núcleos deshabitados en el que se incluyen ocho proyectos que desde entonces se han venido ejecutando y gestionando:

  • Albergue de Turismo Medioambiental en Casa Batlle (Comarca de la Ribagorza. Huesca)
  • Espacio de Interpretación del Territorio Masías de Ejulve (Comarca de Andorra Sierra de Arcos. Teruel)
  • Infraestructuras básicas en varios núcleos deshabitados para favorecer su recuperación por parte de administraciones y colectivos (Provincia de Huesca)
  • Ruta Temática Vía Pecuaria La Solana-Valle Vió (Comarca del Sobrarbe. Huesca)
2005

2009

En 2009 abre sus puertas el Albergue de Montfalcó con la misión de mostrarlo con respeto e intentar conservarlo lo mejor posible ante los cambios que se van sucediendo en la zona.

2009

Montfalcó

Situado en el corazón de la Sierra del Montsec, es uno de los lugares más especiales por su ubicación y espectaculares vistas de la sierra del Montsec, Canelles y Mont rebei.

Poco queda del deshabitado lugar, tan solo los muros de diversas construcciones entre la enmarañadora y envolvente vegetación. Ruina y desolación de la que se ha salvado únicamente la casa Valle (Batlle), así como los restos asolados de su iglesia parroquial, el cementerio y la maravillosa ermita de Santa Quiteria y San Bonifacio.

Formas y elementos consecuencia de su periplo a lo largo de la historia, que pese a atesorar este interesante edificio medieval, en cuyas inmediaciones posiblemente se asentara la primitiva población, escasamente se tienen noticias de dicho momento, a excepción de una  primera mención del siglo XI, que lo sitúa en poder de los condes de Urgell y Barcelona, o la de Octubre de 1225, cuando, según la colección diplomática de Obarra se cita a un tal “Bernardus de Mont Falcon”. La siguiente referencia se data ya a mediados del siglo XVI, perteneciendo a la vereda de Ribagorza en 1646 y adquiriendo la condición de lugar en 1785, año en el que la propiedad de la tierra era del señorío eclesiástico, estando adscrito al obispado de Urgel hasta, con toda seguridad, el siglo XIX, momento en que pasaría al de Lérida. Entre 1711 y 1833 formó parte del corregimiento de Benabarre, configurando ayuntamiento en 1834, si bien seguía incorporado al partido judicial de la mencionada y cercana población, uniéndose al del aledaño lugar de Fet poco tiempo después, en 1845.

Existen bastantes noticias documentales en cuanto a la población, que va teniendo fuertes variaciones a lo largo de los siglos, alcanzando un máximo de 56 los moradores que todavía habitan este enclave en 1950, y habiendo 9 casas: Casa Valle (Batlle), Mauri, Francisca, Perot, Pañello, Gasparó, Guillén, Maciá y Tomás.

Poco después, en la fatídica década de los años 60, Montfalcó perdió de un solo golpe, como consecuencia del pantano de Canelles, todos sus habitantes, como ocurriera en la práctica totalidad de los emplazamientos aledaños, quedando sus calles  vacías y sus casas poco a poco desvencijadas, pasando a engrosar de este modo la triste y ampulosa nómina de núcleos deshabitados del Alto Aragón.

La fiesta de Montfalcó se celebraba el 2 de Septiembre, momento que han venido aprovechando los hijos de Montfalcó hasta hace muy pocos años para reunirse y recordar su memoria.

Montgay

El despoblado de mongai se encuentra a los pies de la misma sierra de la que recibe en nombre. Lo encontramos bajo un gran farallón rocoso, completamente aislado en la cara norte de la sierra.

El municipio consiguió su máxima población a finales del siglo XIX y principios del XX años en los que se abrieron seis casas, las cuales fueron construidas horadando la misma roca.

El aislamiento del lugar fue su mayor enemigo y su principal causa de despoblación durante los años 70.

Fue un pueblo agrícola y ganadero, sus cultivos básicos eran el trigo y la cebada, aunque también tenían olivos y unas cuantas viñas.

La iglesia del pueblo, en honor a Santa Maria, consta de una sola nave y cabecera recta, cubierta por un tejado a dos aguas sobre el que se levanta un pequeño campanario y un coro a los pies.

Mongai tuvo la mala fortuna de ser comprado con la intención de hacer una pequeña urbanización de lujo, todo el proyecto fue parado y hoy en día se conservan 4 construcciones esperpénticas a medio terminar sin ninguna lógica y afeando completamente el paisaje.

Chiriveta

Chiriveta es la población más oriental del territorio del Montsec de Aragón. Pertenece al municipio de Viacamp y Litera y llegó a estar habitada por mas de noventa vecinos en la decada de los 40. Tras la construcción del embalse de Canelles su censo disminuyo de forma espectacular y desde los años 80 hasta la actualidad solamente una familia habita en Chiriveta.

Por ello, parte del núcleo urbano está abandonado y en ruinas. A pesar de ello, todavía podemos observar buenos ejemplos de arquitectura tradicional, viviendas que conservan un horno de pan y prensa de vino y un excelente conjunto de bordas.

Otra de las edificaciones que se conserva en buen estado es la Iglesia parroquial. Es un templo dedicado a la Piedad que se construyó entorno a los siglos XVIII y XIX en el centro de la población.  Su estructura es humilde, con una sola nave rematada en ábside poligonal y x a los pies. La fachada es sencilla, con portada en arco de medio punto, jambas adornadas con pilastras y una pequeña hornacina vacía.

Son varios los elementos que hacen de Chiriveta un lugar de renombre.

Conocerlos es sencillo, a través de un itinerario circular que, desde la propia localidad, nos acerca a los puntos más atractivos de la zona: la ermita del Congost, el castel de Chiriveta y El Mas. El recorrido completo se realiza en dos horas, durante las que se recorren unos 6 km.

La ermita de Nuestra señora del Congost es un templo románico y se construyó durante el siglo XI en un espectacular emplazamiento, una plataforma sobre un cortado rocoso que se asoma al pantano de Canelles, dominando la entrada norte al Congost de Mont rebei.

También podemos visitar su estratégica torre (También llamada torre de los moros o de Mongai). Es una construcción cilíndrica del siglo XI que formaba parte del desaparecido castillo. Ramón Berenguer IV cedió el dominio de esta fortificación a la orden del Temple en el siglo XI y al parecer su función principal fue de vigilancia y control del paso del Congost.

Caserras del Castillo

Ayuntamiento, escuela, carpintería, herrería, sastre, modista, cuartel de la guardia civil, bar, tiendas, molinos de aceite y de harina, central eléctrica… no hace mucho más de 50 años daban vida a la villa. Entonces no se imaginaba lo que estaba por venir.

Es uno de los casos que más llama la atención, ya que Caserras  llegó a superar los 1.000 habitantes durante la época de construcción de la presa del embalse de Canelles. El final de esta obra marcaría el comienzo del declive y sus habitantes, tras ver como se anegaban gran parte de sus tierras, emigraron a otros lugares. Sin embargo, el pueblo no se encuentra abandonado del todo pues habitualmente podemos encontrar a los habitantes de casa Sofia y los del Mas del Pilaret.

La iglesia de Santa Maria, se encuentra hundida e invadida
por la maleza y los derribos, al igual que la mayoría de sus calles y casas. Destaca la torre del campanario, que aún permanece erguida, no está adosada al templo, sino sobre el  espolón rocoso de su parte superior, para que sus campanas pudieran ser vistas y oídas desde la lejanía.

“LOS GAITEROS DE CASERRAS”

Cada año, el último fin de semana de Agosto, se celebra en
Caserras una gran fiesta de hermandad con misa, comida y músicos en el centro cultural “So Nostre”.

Antes acudían a las fiestas los famosos Gaiteros de Caserras,
grupo ya desaparecido pero vivo en algunas tradiciones de la zona. Así, cada año, durante las fiestas de Graus, los mozos aún acuden al Puente de Abajo para esperar a los Gaiteros de Caserras.

 

L´Estall

Poco sabemos de su historia, excepto que fue lugar de señorío secular, dependiente hasta el siglo XIX de la Seu de Urgell y posteriormente de la diócesis de Lleida. Formó una entidad independiente hasta que en 1845 pasó a depender del municipio de Viacamp-Litera.

En cuanto a su evolución poblacional, Madoz conto 11 casas, 20 vecinos y 107 almas; y en 1857 se registró un censo de 105 habitantes.

L’Estall perdió a todos sus habitantes en 1974, excepto a Santiago Pena (de casa Domingo), el cual fue testigo de cómo se fueron cerrando una a una las casas de sus vecinos. Y bien decía, que la pista que hoy día llega a Montfalcó, se construyó solamente para que la gente pudiera abandonar su hogar.

Santiago era pastor y fue completamente autosuficiente hasta 2003, esos 29 años le reconocen como la persona que más tiempo ha vivido en soledad en España. Durante ese tiempo vivió en la antigua escuela, situada frente a la cabecera de la iglesia.

Santiago fue un hombre entrañable que siempre acogió con la máxima hospitalidad a los visitantes de la zona. En 1996 recibió, en su primera edición, el premio Félix de Azara, el cual reconoce la labor a quienes mantienen el medio rural.

Entre otros homenajes, la vía Santiago Domingo fue abierta como regalo y homenaje a su figura, siendo una de las vías más clásicas y repetidas de pared de Aragón.

Fet

Los restos de Fet subsisten en un formidable enclave, entre las elevaciones del Montsec de L’estall y la sierra de Sabinós. El despoblado se sitúa sobre un espolón rocoso, despuntando entre las lomas cubiertas de pinares que rodean el embalse de Canelles. Varios senderos señalizados conducen a este islote abandonado que, sin embargo, proporciona una de las panorámicas más espectaculares de la sierra del Montsec.

Resulta difícil reconocer el trazado del antiguo pueblo e imaginar que en el pasado Fet era una de las localidades más pobladas de la zona, con algo más de 300 habitantes a comienzos del siglo XX. En 1950 tenía censados 214 habitantes y en la década siguiente, su población había disminuido drásticamente a 12 habitantes. La causa de tan contundente declive fue la construcción del pantano de Canelles, que aisló la localidad y anego sus tierras de cultivo. Fet desapareció como municipio en 1962, pasando a formar parte de Viacamp y Litera.

 

Finestres

En el pasado, Finestras era bien conocida por la calidad de su producción aceitera. Tras el abandono de la localidad su fama no ha disminuido, aunque hoy ya no se habla de las excelencias de su aceite, sino del magnífico patrimonio natural e histórico artístico que atesora y que podemos contemplar desde San Marcos.

Entre los elementos más representativos de Finestras destacan los impresionantes farallones rocosos situados al este del despoblado, entre la sierra de Sabinós y el embalse de Canelles. Es imposible mostrase indiferente ante esta curiosa y espectacular formación geológica, compuesta por una línea doble, y continuada de estratos verticales, producto de un plegamiento.

La sensación de magnificencia es aún mayor al pensar que, aprovechando la estrecha franja de terreno que conforman las crestas rocosas, se yerguen los restos del castillo medieval y la ermita de San Vicente (siglo XI). Ambos coronan un montículo estratégico protegido por dos barrancos y por esta auténtica muralla natural.

La ermita de San Marcos es una construcción humilde y encontramos su gran interés en la panorámica que vemos del pueblo desde este punto.

Entre las construcciones en ruinas llama la atención una de las viviendas de mayor tamaño, situada en primer plano, con tres grandes arcadas abiertas en su planta inferior. Junto a esta edificación se encuentra la casa Coix, la única vivienda de Finestras conservada en buen estado pues se habita de forma ocasional. Y sobresaliendo entre las ruinas la espadaña de la Iglesia parroquial (siglos XVII y XVIII) que corona una cruz de piedra.

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